Jornada del 5 de agosto.

La mañana comenzó con una densa niebla que hacía pronosticar qoe pocos se presentarían al encuentro. Después de esperar hasta las 9 am aparecieron, Oscar "Pescado Rabioso", Roberto "Robuy" y el amigo Coqui mejor conocido como el "Dr. Vangelsing".

Mateamos un rato esperando que la niebla levantara, pero parecía resistirse. Al cabo de las 11 de la mañana decidimos arrancar aunque la visibilidad no era muy buena y el frío se hacía sentir.

Armamos los equipos y probamos suerte. Después de un rato vino el primer pique en el equipo de Oscar, con caña telescópica de carbono y su frontal con nano filamento de 0 20.

al recoger se podía ver una gran pelea. Cuando logró arrimar a la orilla pudimos ver un pejerrey de los que hemos visto en otras oportunidades, de unos 40 cm aproximadamente y de 800 gs de peso. Un grozor de 7 cm y una voracidad que hizo tragarse el anzuelo hasta el punto de sacarlo con pinza. Despué de eso no hubieron más piques.

Por la tarde no quisimos quedarnos con las ganas y fuimos en busca de el segundo tiempo. La suerte para los pejerreyes no fué la misma, en ésta oportunidad no picó ninguno.

Pero la pesca fué muy diferente. Después de ver un movimineto extraño en el agua y viendo que los lobitos de mar se estaban alejando, creimos que podían ser lisas. Armamos bases y equipos para la robada y le tiramos. El primero Fué Oscar en pinchar una lisa de más de 2 k con una línea de 3 anzuelos. 

En ese momento me vino un ataque de locura por sacar un monstruo como ese, y armé mi Top Surf de 3.90 con el Daiwa 20 cargado con Mustad 0.40, un plomo de 120 y 2 robadores. Al primer tiro pinché una, que me dió dura batalla. Segundo tiro y otra más grande todavía que no paraba de pelear hasta el punto de darle estrella por buen rato. Oscar mientra tanto había roto y estaba armando de nuevo. Tercer tiro y otra. Al cuarto tiro enganché el plomo y reventé. Volví a armar, cuando Oscar ma llamaba desde unos 100 metros donde había pinchado otra. Yallá salí. Esta vez con un plomo preparado con 2 anzuelos Maruto el cual se desprendía muy bien a la hora de tirar pero no a la hora de pinchar. En un tiro enganché una que la perdí pero le saqué escamas, volví a tirar y ésta vez pinche otra con el robador chico. Otro tiro y ésta vez enganchñe el plomo con los anzuelos y tuve que reventar. No sin antes meterme al agua para tratar de sacarlo. Sin éxito y sin plomo ni robadores, abandoné.

Mojado, con frío, transpiradoy algo agitado, pero contento del momento intenso que había vivido.

Un día sin igual.

Ojalá que pronto se repita.